La educación en España,
expone Prats (2005: 177), ha experimentado en los últimos treinta años un
proceso de cambio y modernización de gran envergadura. En este período se ha
recorrido un trayecto que, en la mayor parte de países europeos de tradición
democrática, se había ido construyendo a lo largo del siglo XX, especialmente,
después de los claros avances modernizadores que se impulsaron tras la Segunda
Guerra Mundial. A comienzos de la década de 1970, España no había superado el
déficit histórico de nuestro sistema educativo, que nos mantenía alejados de
los países más avanzados en lo social, en lo cultural y en la creación de
instrumentos eficaces para la educación y la formación de los ciudadanos.
Es a partir de los años
60, cuando la expansión económica, el proceso de industrialización, la
explosión demográfica y las tensiones internas del sistema político hacen
indispensable una reforma total y profunda del sistema educativo, que
prácticamente no se había modificado desde la Ley de Instrucción Pública
(1857), y que se llevaría a cabo con la Ley General de Educación y
Financiamiento de la Reforma Educativa (LGE) en 1970, la ley de Villar Palasí,
que supuso un paso real e importante en pro de la escolarización de todas las
clases sociales en España y de impulso de la educación pública. Ese mismo año,
pocos meses antes de la aprobación definitiva de esta normativa, Gustavo
Rosales Márquez "Agüillo" y Francisco Campos, ganan el primer premio
de chirigotas con una recordada agrupación, “Los Cristobalitos”, que
representaba a los niños de una escuela y a su profesor, y que, con mucha
ironía hablaban de la necesidad de un gran cambio educativo.
Los autores de Carnaval
no han dejado pasar la oportunidad de opinar sobre todos los cambios
legislativos que se han producido en estos últimos 40 años, y así, en 1985, en
vista de la promulgación de la Ley Orgánica Reguladora del Derecho a la
Educación (LODE), que tendría lugar en julio de ese mismo año, hubo un
chaparrón de coplas en febrero que hicieron referencia a los diversos objetivos
de la misma, haciendo especial hincapié en la regulación de los centros
públicos y privados, objeto de gran polémica en los diversos estamentos
sociales.
Una etapa educativa que
ha sido centro de las miradas carnavaleras es la universitaria, siendo la Ley
Orgánica de Universidades (LOU, 2001) y la ministra que la presentó, Pilar del
Castillo, objeto de referencias negativas para los autores en sus coplas.
Actualmente, está vigente
la Ley Orgánica de Educación, que en 2006 también fue centro de la polémica,
sobre todo en los sectores más conservadores de la sociedad española, aspecto
que también se tuvo en diversas coplas cantadas ese mismo año.
Otros temas educativos
que han sido referenciados en las letras del Carnaval de Cádiz han sido, entre
otros, los distintos agentes de participación y coordinación de las escuelas
han estado siempre presentes en el pensamiento de los poetas, siendo muchas las
líneas que se han escrito sobre alumnado y profesorado, y también, aunque en
menor medida, sobre la relación entre familia y escuela. Otros aspectos que
aparecen en las coplas son la discapacidad, el maltrato, la educación de
adultos, la E.S.O., la vida del universitario e incluso las famosas mochilas
con ruedas que se pusieron de moda para llevar tal cantidad de peso a la escuela.
Además, desde el año 2006, el carnaval ha entrado de lleno en las escuelas gaditanas gracias al proyecto "El Carnaval en la Escuela", iniciativa en la que participan y colaboran muchos autores y aficionados a la fiesta que a su vez están relacionados con la educación.
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