El tipo de carnaval, facha, hechura o pinta, como se
expone en la revista el popurrí (2001), la guisa, el envoltorio que recubre al
chirigotero, comparsista, corista, cuartetero, romancero o simplemente el
“jartible” juerguista callejero de carnaval, es la base de la idea que la
agrupación intenta representar, condicionando la actuación de la misma, su
forma de hablar y cantar y, por tanto, también sus letras y músicas.
A lo largo de la historia, pocos han sido los
disfraces que han escapado de la inventiva y creatividad de los autores de
carnaval. Se han representado múltiples profesiones, se han parodiado películas
y series, grandes hechos y personalidades de la Historia, deportistas y
deportes, actores y artistas, etc. También se han representado tipos
surrealistas y basados en la fantasía, e incluso disfraces que ni siquiera los
autores sabían lo que querían representar. El mundo educativo no podía ser
menos y ha sido representado en multitud de ocasiones por chirigoteros,
comparsistas, cuarteteros y coristas. Los tipos y nombres de las agrupaciones
que hacen referencia explícita a la educación nos muestran a su vez una
evolución del Sistema Educativo Español, habiendo sido representados tanto los principales
agentes que participan en la educación como los distintos niveles educativos de
la enseñanza.
Aunque mi investigación documental es, hasta el
momento, a partir de los años 70, me gustaría hacer referencia a Don Francisco
Alba Medina y su chirigota “Los de fin de curso”, que en 1956 obtuvo el 2º premio compartido. Como anécdota de esta agrupación, y gracias a mi amigo Pepe Rodríguez (gran chirigotero y mejor persona), que me recordó un reportaje que sobre Paco Alba se hizo en Canal Sur (http://www.youtube.com/watch?v=Jxp2dTNct3w), contaba Manolo Gallardo, componente de aquella
agrupación, que se corrió
el rumor en la Universidad de Cádiz de que las letras de la agrupación dejaban en mal
lugar a los universitarios, y tuvieron que ir a hacer un ensayo ante unos 300
universitarios para demostrar que ese rumor no era cierto. Esta agrupación, que
representaba a alumnos universitarios recién licenciados, nos dejó esta
magnífica letra, de temática tan actual, que se podría cantar hoy día sin
apenas moficiaciones:
Hoy los que tienen
carrera,
ninguno se enriquece con
su profesión
y un ciudadano cualquiera
vendiendo seis chatarras
gana un fortunón.
¿De qué sirven los
estudios
si luego no compensan
su capacidad,
si para ganar dinero
hay que ser torero
o dando patás?
Dice un refrán
castellano:
el que sea tonto que
estudie,
dice un refrán
castellano,
y hoy somos precisamente
más tontos los que
estudiamos.
No puede compararse
nunca un doctor
con el que sólo hace
darle al balón,
ni tampoco a un torero
que quita vías
con el que descubrió la
penicilina.
El que cría la fama
gana el parné,
y el que escarda la lana
ni pa comer.
Eso le ocurrió a Falla
y a otros autores,
que cuando mueren
son los honores.
¿Por qué me siento identificado con esta letra?, ¿por que no se darle al balón?
ResponderEliminarY dices que esto es de 1956, ¿no?