La figura del alumnado también aparece en el repertorio de la comparsa de El Puerto de Santa María “Marinero en Tierra”, que obtuvo el cuarto premio en el año 2000, y que, con una letra acerca de los consejos que desde la humildad un padre ofrece a su hijo tras llegar este a casa decepcionado de la escuela, puso al teatro falla en pie. "Chaval, todo el mundo no es un genio, ay, qué va, hay peones y arquitectos, los dos son tan importantes “pa” que un día se levante casa a casa una ciudad":
Mi chaval he visto llegar,
y en mi casa
las buenas tardes se cantan,
si no suenan algo pasa;
a la cara de mi niño,
ay, algo le pasa.
Ha soltado sus maletas
con desprecio e impotencia,
va llorando sin llorar,
otra vez lo han “suspendío”
destrozando su moral.
Tal vez, quizás no sirva “pa” estudiar,
tal vez haya nacido condenado a trabajar,
da igual, yo he “trabajao” to mi vida
y tengo un diploma
que nadie me ha “dao”
y que no puedo enmarcar,
he “ganao” a pulso
títulos de “honrao”
y hasta de hombre legal,
sin tener estudios
he “llevao” mi casa
y nunca faltó de na,
y mi única herencia
será la torpeza
de un hombre sencillo.
Y, chaval, todo el mundo no es un genio,
ay, qué va, hay peones y arquitectos,
los dos son tan importantes
“pa” que un día se levante
casa a casa una ciudad.
Mi niño torpe me encanta,
y cuando llegues a casa
las buenas tardes de siempre se cantan,
que no hay suspenso que cambie tu cara.
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