lunes, 13 de agosto de 2012

Los cambios en la legislación educativa desde la óptica de los autores del carnaval. La LOU (I)


No podía imaginar la Ministra de Educación Pilar del Castillo, que, cuando presentó el anteproyecto de la L.O.U (Ley Orgánica de Universidades); cuyo objetivos principales eran mejorar la organización y administración de las universidades españolas y reformar el método de acceso hasta ellas para los alumnos; la reacción de grandes sectores de la comunidad universitaria fuera salir a la calle a protestar por esta reforma y solicitar la retirada inmediata del proyecto de ley.

Para el Gobierno eran reformas muy satisfactorias (EURYDICE, 2010): impulsa la acción de la Administración del Estado en la vertebración y cohesión del sistema universitario, aumenta las competencias de las Comunidades Autónomas en materia de enseñanza superior, incrementa el grado de autonomía de las universidades, y establece los cauces necesarios para fortalecer las relaciones y vinculaciones recíprocas entre universidad y sociedad, establece que las funciones de la universidad son la creación, desarrollo, transmisión y crítica de la ciencia, la técnica y la cultura; la preparación para el ejercicio de actividades profesionales que exijan la aplicación de conocimientos y métodos científicos y para la creación artística; la difusión, la valorización y la transferencia del conocimiento al servicio de la cultura, de la calidad de la vida y del desarrollo económico; y la difusión del conocimiento y la cultura a través de la extensión universitaria y la formación a lo largo de toda la vida. Además, se creó la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (ANECA), que evalúa tanto las enseñanzas como la actividad investigadora, docente y de gestión, así como los servicios y programas de las universidades; la creación de un nuevo sistema de selección del profesorado, que garantiza los principios de igualdad, mérito y capacidad; y el impulso de la movilidad, tanto de estudiantes como de profesores e investigadores, dentro del sistema español e internacional.

Pero para los miembros de las universidades supuso una declaración abierta de guerra. Así, el pensamiento de estos alumnos, profesores, rectores, personal administrativo, etc. de las universidades españolas, era que la nueva ley contribuye a una mayor politización universitaria, abierta a los favoritismos y a conductas despóticas que solamente beneficiaban a las clases más “pudientes”.

Estas protestas y manifestaciones se vieron reflejadas en el concurso de Carnaval del año 2002. Destacan grandes letras, muy críticas y bien acogidas por el público, de autores que siempre han tenido a la juventud presente en sus coplas, entre los que están Joaquín Quiñones o Juan Carlos Aragón.

La comparsa “En propia mano”, considerada por muchos el gran cajonazo del año, se ponía en la piel una estudiante universitaria que ve cómo su futuro se oscurece a pesar de estar estudiando una carrera:





Con apenas veinte abriles
ya tienen que salir con puño en alto
y pancartas
para defender el futuro
que ellos se curran
de aula en aula.
Con las casas de familia
que hasta el alma han “empeñao”
“pa” pagar una carrera
“pa” que el título en la alcoba
esté colgao.
En dónde están los programas
panfletarios
donde se trapichea el voto
a los universitarios...
No digo yo que hagan caceroladas
tenían que comerse a más de cuatro.
No le dan vergüenza las sentadas
ni los paros y manifestaciones
No les da vergüenza “na” de nada
tienen mayoría “pa” echar cojones.
Con apenas veinte abriles
y los libros bajo el brazo
hoy ha escrito en su diario
¿por qué me están condenando al fracaso?

No hay comentarios:

Publicar un comentario