Una de las polémicas que más se fomentó con la aparición de la LODE fue la de la relación entre la Educación Pública y la Educación Privada. Joaquín Quiñones, uno de los autores más comprometidos con la juventud y la educación, exponía en uno de los pasodobles de su comparsa “Hombres Azules”, considerado uno de los cajonazos históricos de la fiesta, la realidad de la educación pública de la época a través de la mirada de un niño:
Con los libros nuevos, bien
peinao
y unos buches de café.
¡Mare dame un beso, que alegría!
voy "par cole", hasta después.
Por Santa María fue brincando
por el Barrio al Campo el Sur,
ya que su Colegio es para pobres
ni uniforme, ni autobús.
Oh, al mirar, sus dos grandes puertas
estaban “cerrá”.
Se resistía a creer, que su pupitre
lleno de garabatos nunca iba a ver.
En la escalerilla cavilaba
en su lenguaje celestial
viendo la ruina, de ilusiones
las quería apuntalar.
Roto se fue a casa impotente
y los libros revoleó.
Y “abrazao” a su “mare” sin decir
media palabra, lloró.
y unos buches de café.
¡Mare dame un beso, que alegría!
voy "par cole", hasta después.
Por Santa María fue brincando
por el Barrio al Campo el Sur,
ya que su Colegio es para pobres
ni uniforme, ni autobús.
Oh, al mirar, sus dos grandes puertas
estaban “cerrá”.
Se resistía a creer, que su pupitre
lleno de garabatos nunca iba a ver.
En la escalerilla cavilaba
en su lenguaje celestial
viendo la ruina, de ilusiones
las quería apuntalar.
Roto se fue a casa impotente
y los libros revoleó.
Y “abrazao” a su “mare” sin decir
media palabra, lloró.
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